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Los 992 metros de altitud sobre el nivel del mar que alcanza la parcela con la que se elabora, da nombre y personalidad a este vino.
Su vocación es embotellar la esencia de una parcela única, con unas condiciones climáticas extremas, en las que el viñedo es claramente protagonista.
Un vino de altura en todos sus sentidos.
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Uno de los vinos de los Valdemar se siente más orgulloso y que mejor representa el legado de los más de 130 años de tradición vitivinícola de la Familia Valdemar. Elegancia, clase y delicadeza para una verdadera joya enológica.
Un vino para disfrutar con grandes compañías o en tus grandes momentos de calma.